Queridos padres:
Hasta ahora no me he atrevido, pero estos días todo el mundo escribe deseos y me he venido arribísima.
Tengo miedo. Hasta ahora uno de los pilares de mi autoestima ha sido mi capacidad intelectual y mi rendimiento académico. Vosotros, y mi entorno en general, me ha considerado siempre una persona que destacaba en ese aspecto.
Tanto es así que he evitado muchos malos momentos refugiándome en un “pero soy listo” y me he acostumbrado a hacer de esa virtud mi “súper-poder” especial. Y por eso quiero que sepáis que ahora tengo miedo; sé que es absurdo pensar que podéis quererme menos o valorarme menos si esto no sale bien, pero en el fondo sé que esa idea me ronda la cabeza y me atenaza.
Tengo miedo a decepcionaros. Quienes siempre me han visto como invulnerable ante los estudios… Cómo reaccionarán ante un puesto 5000? “5000? Pero si tú siempre eras de los primeros!!! Qué te ha pasado?”.
Y parecerá una tontería, pero necesito saberlo, me hace falta oírlo, escuchar algo así como “Sabemos lo duro que es el MIR, la competencia es extraordinaria y un número menos bueno no significa que hayas trabajado poco ni mal; valoramos tu esfuerzo y nuestro amor y apoyo nunca ha sido a cambio de cuánto vales, sino por ser quien eres. Pase lo que pase lo celebraremos contigo, porque te mereces ser tratado como un héroe.”
Y esto es lo que os pido por Navidad. Lo necesito porque estos meses serán muy duros y voy a ser mucho más capaz de superarlas si os siento como lo que sé que sois: para mí, la mejor familia del mundo. Gracias por sacrificaros para que yo pueda hoy escribir esto, yo voy a seguir dejándome la piel para devolveros todo lo que habéis hecho por mí.
Os quiero.
Rocco Bovedilla. Opositor MIR. Percentil 47 en el simulacro 23.
(c) Fernando De Teresa. Brindo por vosotr@s!!!