¿Se puede conciliar algo tan serio como la medicina con algo tan divertido como el humor? La respuesta es afirmativa. El propio Hipócrates decía que “una actitud demasiado adusta repelía tanto a sanos como a enfermos”. Quien sabe mucho del tema es el Dr. David Goldbloom, profesor de psiquiatría en la Universidad de Toronto, que ha escrito un ensayo sobre este asunto. Goldbloom pertenece a una estirpe de cuatro generaciones de médicos y utiliza el humor como método para facilitar el encuentro con los pacientes: “Mi padre nos enseñó a apreciar lo cómico como parte de nuestra educación, haciéndonos ver películas de los Hermanos Marx.
El humor ayuda a nivelar la relación médico-paciente convirtiéndola en una conexión humana compartida”. Este psiquiatra afirma haber sobrevivido a sus estudios de Medicina leyendo todas las noches una antología de chistes. No te tomes a broma tu proyecto, pero tampoco descuides el buen humor.