Ringo Starr, el legendario batería de los Beatles, desarrolló el interés por el instrumento que tanta fama le reportaría mundialmente durante las largas estancias hospitalarias que sufrió en su niñez. El componente más longevo del Cuarteto de Liverpool padeció varias afecciones graves en la infancia, como peritonitis o tuberculosis, lo que le mantuvo hospitalizado durante tres años en diversos periodos. El descubrimiento de sustancias como la estreptomicina en la lucha contra la tuberculosis es uno de los factores que posibilitó que Ringo se recuperase de su grave dolencia. A los jóvenes pacientes del hospital donde estaba ingresado Starr se les permitía el uso de instrumentos musicales, casi todos ellos de percusión, como actividades recreativas. Ese fue el comienzo de una pasión irrefrenable. En palabras de Ringo: “Me han criticado por decir paz y amor, pero continúo haciéndolo. Si puedo elegir, prefiero ser positivo”. Una actitud muy apropiada ante la vida.
Pilar Díaz, presidenta de CTO.
