Hoy recordamos a un prestigioso especialista en Otorrinolaringología que también es autor de varias esculturas. Su nombre artístico era Antonio Sacramento, aunque ejercía la medicina con su nombre real, Fernando Antolí-Candela Piquer, pues pertenecía a una larga estirpe de otorrinos. Este longevo escultor y pintor valenciano se jubiló como facultativo a los 82 años y siguió practicando su otra vocación hasta poco antes de su fallecimiento, a los 100 años. Sus conocimientos anatómicos le inspiraron algunas de las esculturas que realizó, como él mismo admitía: “Muchos compañeros artistas se extrañaban porque se me ocurrían formas que ellos no conocían, pero para todo ello me sirvieron mis años de estudios de medicina”. Entre las obras surgidas de su inventiva figuran la Cruz de término en la pista de Silla (1965) o el monumento al Rey Jaime I (1991), en la valenciana Plaza de Zaragoza, ambos en hierro y de estilo abstracto.
La enfermera de Elvis Presley
19 de agosto de 2025
