En estos días navideños, conviene recordar a figuras desconocidas de la enfermería que hicieron mucho bien a la infancia. Hablamos de Elizabeth Kenny, una enfermera australiana nacida en 1880 que ideó un tratamiento alternativo para los niños aquejados de parálisis poliomielítica antes de que existieran vacunas para esta dolencia.
Elizabeth trabajaba como enfermera rural en Australia y debía recorrer a caballo extensas distancias entre una población y otra. En 1911, aplicó calor húmedo mediante compresas hervidas y ejercicios de fortalecimiento muscular a una niña que sufría poliomielitis. El resultado fue lo que acabó conociéndose como método Kenny, un tratamiento revolucionario que se oponía al protocolo ortodoxo de la parálisis infantil, consistente en reposo absoluto e inmovilización total. En 1941, superados los prejuicios de la comunidad médica, el método Kenny fue recomendado por la American Medical Association. Elizabeth escribió un libro autobiográfico titulado apropiadamente And They Shall Walk (Y ellos caminarán).
Pilar Díaz Aguilar