La cantante británica Shirley Bassey acaba de cumplir 87 años, veinte de los cuales ha dedicado a apoyar causas benéficas.
Esta leyenda viviente de la música, carismática intérprete de tres canciones incluidas en la banda sonora de otras tantas películas de James Bond, como Goldfinger o Diamonds Are Forever, ha confesado recientemente que, de joven, no pensaba ser cantante, sino enfermera. La vida le deparó otro camino profesional muy distinto, pero Shirley ha encontrado otra forma de participar en el cuidado de la salud de otras personas.
Es una de las patrocinadoras fundacionales del Hospital Infantil de Cardiff, centro inaugurado en 2015 en su Gales natal, cuya principal avenida lleva el nombre de la artista como homenaje a su apoyo incondicional.
En palabras de Bassey:
“Nuestra organización benéfica puede alegrar la vida de los niños que acuden al hospital proporcionándoles regalos y actividades que les levanten el ánimo”.
Pilar Díaz, presidenta de CTO.
