No es habitual que una de las personalidades más reconocidas en la historia de la Enfermería regale al mundo, además de su legado como profesional sanitaria, un monumento, pero es exactamente lo que ocurrió con Dorothea L. Dix. La reformadora social y activista norteamericana que ejerció como enfermera durante la Guerra Civil estadounidense donó a la ciudad de Boston una fuente de granito para que pudieran beber en ella los caballos. La fuente se encuentra en la intersección de las calles Milk e India, en un parque situado en pleno centro de la capital de Massachusetts. Escucha las palabras de Dorothea:
“Recuerda siempre aquellas experiencias que fortalecen y mejoran tu comprensión. Me he preocupado por tantas cosas. Me han derrotado, pero no conquistado; decepcionado, pero no desmoralizado. Solo tengo que ser más enérgica y mostrarme más fiel en la difícil y penosa vocación a la que he dedicado mi vida”.
Pilar Díaz
