Si todavía no sabes quién es Thomas Lilti, es hora de presentártelo. Este cineasta francés estudió Medicina por tradición familiar y ejerció como médico de cabecera durante 10 años. En 2014, dirigió la película Hipócrates, un inesperado éxito de taquilla que le obligó a abandonar la profesión sanitaria para dedicarse en exclusiva al cine. Hipócrates ofrecía una visión tragicómica de la experiencia real de un residente en un hospital francés, haciendo especial hincapié en los recortes de presupuesto que afectan a la sanidad pública internacional. Para el realizador galo, hacer películas tiene en común con el ejercicio de la medicina que en ambas existe la obligación de trabajar en equipo y la necesidad de mostrarse empático con tus pacientes y tus personajes. Otras dos películas de Lilti, Un doctor en la campiña (2016) y Mentes brillantes (2018), abordan los temas de la medicina rural y de los estudiantes de Medicina.
Pilar Díaz, presidenta de CTO.