El mayor tributo que se puede rendir a una persona de extraordinaria valía cuando nos deja no es el dolor, sino la gratitud. Este es el sentimiento unánime que experimentamos todos los miembros de CTO tras recibir la noticia del fallecimiento del profesor Alberto Tejedor, con quienes hemos tenido la suerte de colaborar durante años. Su entrañable recuerdo permanecerá entre nosotros mucho tiempo porque, gracias a su docto magisterio, nuestros alumnos pudieron conocer de cerca a un gigante de la docencia que les ayudó a entender mejor las complejidades del MIR y les motivó de forma continua con su trabajo ejemplar. Será muy difícil encontrar a otro profesional que iguale en calidad humana e intelectual a Alberto Tejedor, pero no queremos limitarnos a llorar su pérdida, sino que, desde estas instalaciones que fueron su territorio familiar, le enviamos un sentido agradecimiento por haber compartido con nosotros tan afortunados momentos y le dedicamos, con todo nuestro afecto, un aula que llevará su nombre en CTO. Así, siempre estará presente en la academia donde dejó una huella imborrable.
Tus compañeros y amigos de CTO.