Aunque no es una figura muy célebre, la compositora croata Dora Pejačević (1885-1923) merece mayor consideración no solo por la calidad de sus partituras, sino también por su labor humanitaria como enfermera durante la I Guerra Mundial. Dora nació en el seno de una familia aristocrática y empezó a componer a la edad de 12 años. Recibió educación musical en Múnich y Dresde, pero fue una compositora principalmente autodidacta. Cuando los soldados heridos en la contienda llegaron a la ciudad de Našice, decidió intervenir activamente como enfermera. Durante la guerra, compuso sus mejores obras, como la “Sinfonía en fa sostenido menor”, y cortó toda relación con las clases privilegiadas, a quienes acusó de “estar vacías de altos ideales, humanidad y progreso social”.
Dora Pejačević afirmaba que “cualquier talento, cualquier genio, requiere igual consideración, sea hombre o mujer”. El ejemplo de esta compositora-enfermera excepcional puede inspirarte en tu camino al EIR.