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Por qué elegir ser matrona

Enfermería obstétrico-ginecológica es una especialidad muy autónoma, independiente, desarrollada, reconocida como tal, con bolsa propia de trabajo.

Ser matrona no solo es una profesión, te cambia por completo y se convierte en un modo de vida. Durante los dos años de residencia te vas transformando, día a día. No te voy a mentir, la residencia no es un camino de rosas, es dura. Empiezas de cero prácticamente, ya que todo es nuevo. En los cuidados en obstetricia y ginecología descubres un mundo. Al principio es frustrante, porque el aprendizaje es muy lento, pero poco a poco vas aprendiendo a acompañar en los diferentes procesos y asumes que las técnicas al igual que en la carrera, con la práctica van mejorando.

La matrona hace mucho más de lo que la gente normalmente cree. Estamos en atención primaria y también en el hospital. Las competencias que se desarrollan, dependen mucho de las diferentes CCAA, pero la realidad es que tenemos muchísimas posibilidades.

Acompañamos a la mujer a lo largo de toda su vida sexual y reproductiva. En todos sus procesos fisiológicos, tratándolos como tal.  Adolescencia, anticoncepción, sexualidad, patología, embarazo, parto, postparto, climaterio…

En atención primaria, además de las consultas individuales, se realiza mucho trabajo grupal en todas las etapas y es algo apasionante. Esta parte asistencial ofrece una gran continuidad de cuidados, ya que vas realizando el seguimiento a lo largo del tiempo de “tus mujeres”. En el hospital, nos encontramos en las plantas de embarazo patológico, paritorio (urgencias) y puerperio. Acompañando a la mujer en el proceso de parto normal desde que ingresa, hasta que se va de alta a su domicilio. Probablemente a lo largo de los dos años de residencia realices rotaciones por más servicios, como puedan ser ginecología, quirófano, patología cervical… dependiendo de tu unidad docente.

Todo esto hablando del ámbito público. También puedes seguir desarrollando distintas competencias en el ámbito privado, como puede ser el acompañamiento de partos en casa, el entrenamiento físico en el embarazo, posparto y un largo etcétera.

Personalmente, no he dejado de trabajar desde que terminé la residencia hace dos años y la salida laboral de esta especialidad es de las mejores, sin lugar a dudas. Si tuviese que volver a escoger, no lo dudaría. Si te gusta el acompañamiento a las mujeres en momentos importantes de su vida, esta es tu especialidad.

 

Thais García Sevilla, tutora EIR y profesora de Gestión de Servicios de Enfermería.

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