Con motivo de la celebración del Día Internacional de las Personas Sordociegas, queríamos hablarte hoy de un médico para quien la sordera no supuso ningún impedimento a la hora de materializar su vocación. En 1981, el Dr. Philip Zazove, natural de Michigan, se convirtió en el tercer médico sordo que logró graduarse en esta carrera en Estados Unidos.
Casado con una pediatra, Philip se especializó en Medicina de Familia y utiliza la lectura de labios para poder comunicarse con sus pacientes, un diez por ciento de los cuales sufre pérdida de audición. Zazove, que en 1994 publicó su autobiografía titulada Cuando el teléfono suena, mi cama tiembla, afirma que su sordera le ha ayudado a establecer una mejor relación con sus pacientes, además de una atención más esmerada:
“Los médicos sordos tienen que escuchar mucho más atentamente a sus pacientes para poder concentrarse en ellos”.
Un consejo válido para todos.
Pilar Díaz, presidenta de CTO.